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Normativa F-Gas ▷ un ejemplo de responsabilidad medioambiental del sector del frío

Cumplimiento de la Normativa F-GasEl Reglamento 517/2014, del Parlamento Europeo y del Consejo sobre gases fluorados de efecto invernadero, conocido como la normativa F-GAS tiene como principal objetivo la reducción de emisiones de Gases Fluorados de Efecto Invernadero (GFEI).

El día 1 de enero de 2020 entró en vigor la prohibición que recoge el Reglamento (UE) 517-2014, sobre gases fluorados de efecto invernadero en su artículo 13.3. Por el mismo, queda prohibido el uso de gases fluorados de efecto invernadero vírgenes con un potencial de calentamiento atmosférico igual o superior a 2.500 para la realización de operaciones de mantenimiento de equipos de refrigeración existentes (por ejemplo, la recarga de las fugas producidas en estos equipos) con una carga superior a 40 toneladas de CO2-eq, quedando excluidos de esta limitación equipos militares y aparatos destinados a enfriar productos por debajo de –50ºC.

Esta prohibición no se aplicará hasta el 1 de enero de 2030 para gases fluorados regenerados con potencial de calentamiento superior a 2.500 que podrán ser usados para el mantenimiento de cualquier instalación de refrigeración, siempre que estos gases hayan sido etiquetados como gases regenerados conforme con el artículo 12 de este Reglamento (UE) 517-2014, así como gases fluorados reciclados con potencial de calentamiento superior a 2.500.

Estos últimos podrán ser utilizados bien por la misma empresa certificada para la manipulación de gases fluorados que haya recuperado estos gases de una instalación frigorífica para el mantenimiento de otras instalaciones frigoríficas o bien por la misma empresa usuario final de estos gases fluorados en el mantenimiento de otras instalaciones de refrigeración de su propiedad.

Caso práctico de aplicación de la Normativa F-Gas

Lo mejor para entender lo antes mencionado es hacerlo a través de un caso práctico bastante extendido: una cadena de supermercados que retire gases fluorados de la instalación de refrigeración de una tienda las puede destinar al mantenimiento de instalaciones de refrigeración de otras tiendas de su propiedad.

Con estas medidas llegamos a lo que sería la fase final del proceso de eliminación de gases fluorados que comenzó en el año 2015 con el horizonte del 2030, donde se produce la práctica desaparición de este tipo de gases. Cuando echamos la vista atrás comprobamos el ingente esfuerzo del sector del frío para adaptarse, en apenas 5 años, a cambios que han afectado a la práctica totalidad de las tecnologías del frío.

Y lo ha hecho, y conseguido, haciendo gala de una enorme responsabilidad medioambiental. En el sector de refrigeración, se ha asumido la parte de responsabilidad que nos toca y, en estos momentos, el mercado tiene a su disposición una amplia gama de refrigerantes capaces de responder con eficacia a las necesidades de refrigeración de todos los usuarios finales. Aunque si consideramos que, según la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos, los gases fluorados contribuían con apenas el 8 por ciento a las emisiones a la atmósfera, parece lícito pensar que este sector industrial ha sido especialmente castigado.

Refrigerantes naturales, como el amoniaco o el CO2; refrigerantes ligeramente inflamables, los esperados refrigerantes A2L que han recibido recientemente la luz verde para su uso a través del Reglamento de Seguridad de Instalaciones Frigoríficas; y, por último, las mezclas de refrigerantes HFO (Hidrofluorocarbonos) de bajo Potencial de Calentamiento Atmosférico ofrecen soluciones medioambientalmente eficaces y tecnológicamente eficientes para el funcionamiento de cualquier tipo de instalación frigorífica, incluyendo las que ya estaban activas antes de estos avances.

A pesar de que el cumplimiento del Reglamento F-Gas ha ocupado gran parte de los esfuerzos de investigación e innovación del sector del frío, no por ello hay que perder de vista otros parámetros igualmente necesarios para lograr los altos índices de eficiencia energética a los que aspiramos. Se trata de cuestiones importantísimas como la reducción y detención de fugas, la recuperación y reciclado de los refrigerantes, el ajuste de las cargas, el funcionamiento de las instalaciones sin desajustes de temperatura y el ecodiseño. Todo ello, junto con los refrigerantes, está contribuyendo a reducciones de consumo en las instalaciones frigoríficas que alcanzan, en algunos casos, el 50 por ciento o más de la energía consumida.

Este avance tecnológico, junto con la transición hacia refrigerantes limpios, es la gran contribución del sector del frío a los objetivos de reducción de emisiones fijados a nivel europeo. Además, es interesante subrayar que las soluciones de la eficiencia energética que desde el sector del frío somos capaces de proponer contribuyen a hacer cumplir a nuestros usuarios finales sus objetivos medioambientales. Esto es así porque el consumo energético de las instalaciones de refrigeración y climatización en cualquier tipo de empresa constituye una de las partidas más gruesas; por tanto, somos socios imprescindibles en la responsabilidad conjunta de reducción emisiones.

Queda, para terminar, un último reto. Es el de terminar de, una vez por todas, con el comercio ilegal de gases fluorados de efecto invernadero. Éste supone un grave freno tanto a los avances tecnológicos del sector como a la protección medioambiental que pretende la normativa F-Gas. En España tenemos la gran suerte de contar con un organismo como el SEPRONA que hace grandes esfuerzos por frenar la entrada de gases de manera ilícita, pero se echa en falta en toda Europa un mayor control fronterizo y un mayor rigor en cuanto a las sanciones impuestas.

Modificado por última vez enMartes, 15 Marzo 2022 11:39

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