Ventajas de realizar el equilibrado de una calefacción monotubo

Sin equilibrado hidráulico: más consumo y menos confort

Cuando no se ha realizado el equilibrado hidráulico en la instalación de calefacción, los elementos terminales (radiadores) más alejados de la bomba no reciben el caudal suficiente de agua. La consecuencia de esto es una habitación infracalentada, además de un deficiente reparto del calor, ruidos en las válvulas, etc. Este problema también se produce a la inversa. Así a los elementos más cercanos a la bomba llega demasiado caudal de agua, produciéndose un sobrecalentamiento de la estancia.

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Otros problemas derivados de un ajuste erróneo de la instalación son la subida de la temperatura de impulsión y un sobredimensionamiento de la bomba de circulación. Por tanto, concluimos que no realizar un correcto equilibrado hidráulico supone un mayor consumo energético, un reparto ineficiente del calor, disconfort térmico, deficiente aprovechamiento del poder calorífico superior y ruidos en las válvulas.

Con equilibrado hidráulico: buen rendimiento y ahorro

Para subsanar estas deficiencias en la instalación de calefacción y asegurar un rendimiento óptimo es necesario realizar el equilibrado hidráulico de la calefacción monotubo. De esta forma se asegura una correcta distribución del caudal de agua por todos los radiadores que componen el sistema. Todo esto se consigue a través de la adaptación entre sí de todos los componentes que conforman la instalación: radiadores, válvulas termostáticas, válvulas de equilibrado, bombas y tuberías. 

Un circuito de calefacción está formado por diferentes válvulas y cada una tiene una función: las válvulas de llenado y vaciado permiten controlar el caudal, las válvulas de medición se encargan de medir la presión diferencial, las válvulas de equilibrado para medir la temperatura de ida y de retorno…Además, hay reguladores de presión, válvulas de equilibrado, válvulas de corte, adaptadores. De un correcto dimensionamiento y ajuste de la instalación dependerá su rendimiento. Para todo esto hay que tener en cuenta aspectos como la temperatura de impulsión y de retorno, el caudal y la presión diferencial. Una temperatura de retorno baja permite trabajar a la caldera en un rango de poder calorífico superior, garantizando mejor rendimiento y mayor confort. 

En resumen, el equilibrado hidráulico permite un potencial de ahorro significativo y una rápida amortización de la inversión, estimada en 3 y 4 años.

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