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Protección del medio ambiente para un desarrollo sostenible

protección del medio ambiente y desarrollo sostenibleEl Día Mundial del Medio Ambiente se celebra este 5 de junio bajo el lema #SinContaminaciónPorPlásticos”. Con ello se hace un llamamiento a los ciudadanos, gobiernos y empresas a tomar medidas para hacer frente a la contaminación plástica y acelerar la transición hacia una economía circular..

El desarrollo sostenible es un concepto que alude a la satisfacción de las necesidades de la generación presente, pero sin comprometer la capacidad de las futuras para hacer lo propio. Se definió así en el informe de 1987 «Nuestro futuro común», de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo. Además, se menciona por primera vez en ese mismo año en el Informe Brundtland, en donde ya se alertaba de los riesgos para el medio ambiente del crecimiento económico, la globalización y el crecimiento exponencial de la población.

Planes, programas y medidas para conseguir un objetivo común

La Agenda 2030 es la hoja de ruta con la que las Naciones Unidas pone el foco en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con ella se quiere hacer frente a desafíos como el cambio climático, las desigualdades, la escasez de agua o el acceso a alimentos. Asimismo, se subraya que el único enfoque posible es desde un punto de vista global y promoviendo el desarrollo sostenible. Para lograrlo es imprescindible la acción conjunta de la ciudadanía, el tejido empresarial, las administraciones y todas las naciones. Solo así garantizaremos la calidad de vida actual y de las futuras generaciones.

En un año de eventos climáticos extremos, como fue el 2021, se celebró en Glasgow la COP26, retrasada un año por la pandemia. Los casi 200 países participantes reconocieron que los esfuerzos actuales para reducir las emisiones son insuficientes. Asimismo, se hizo por primera vez una petición clara para poner fin al carbón y los combustibles fósiles. Pero, a pesar de pactos y declaraciones, las emisiones no solo no se han reducido, han aumentado tras el bajón de la pandemia.

La más reciente COP27 se clausuró con un acuerdo para proporcionar financiación por "pérdidas y daños" a los países vulnerables duramente afectados por los desastres climáticos. Un resultado que, “nos hace avanzar", en palabras de Simon Stiell, Secretario Ejecutivo de ONU Cambio Climático, pero insuficiente para actores como la Unión Europea. No se establecen cantidades concretas ni plazos de pago, tampoco especifica quién deberá asumir los costes.

Por su parte, en España el mayo de 2021 se aprobó en el Congreso aprobó la primera ley de cambio climático de España, la Ley de Cambio Climático y Transición Energética

Sin duda, en la tarea de la descarbonización de la economía son claves los planes nacionales integrados de energía y clima (PNIEC), así como los objetivos de energías renovables y las medidas para promover el autoconsumo y las comunidades de energías renovables.

Las consecuencias del cambio climático

El cambio climático afecta al planeta de forma global. No hay un país que se libre de las consecuencias del calentamiento, y las señales de alarma cada vez son más intensas:

  • Fenómenos metereológicos extremos más frecuentes y duros (olas de calor, seguías, inundaciones, incendios).
  • Mayor vulnerabilidad de los países pobres, que son, paradójicamente, los que menos emisiones provocan. En un escenario de una bajada en el rendimiento de los cultivos, países como Bangladesh podrían experimentar un aumento del 15% de población pobre para 2030.
  • Inseguridad alimentaria y dificultad de acceso a agua potable, que ya provoca conflictos armados. Es más, los desastres naturales ponen en riesgo los recursos hídricos y la agricultura.
  • Movimientos migratorios cada vez más acusados, como consecuencia de los desastres climáticos y las guerras que provocan, además de la falta de recursos.

El objetivo: alcanzar el desarrollo sostenible para 2030

Para alinear el trabajo de todos los países frente al desafío climático, ayudar a la adaptación al cambio climático y a la mitigación de su impacto, los organismos internacionales llevan años proponiendo programas y medidas. Es el caso del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) o la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible. Con este plan de acción se pone el foco en la erradicación de la pobreza como condición imprescindible para lograr un desarrollo que de verdad sea sostenible. Todos estos planteamientos están bajo el paraguas de la Organización de Naciones Unidas, y de su trabajo depende en buena medida que los países tomen medidas reales, efectivas y enfocadas a proteger el planeta.

En palabras de Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC): «más carbono en la atmósfera equivale a más pobreza. No podemos lograr un desarrollo sostenible sin abordar el cambio climático, y no podemos hacer frente al cambio climático sin abordar las causas fundamentales de la pobreza, la desigualdad y los patrones insostenibles de desarrollo». Asimismo, desde PNUMA han alertado de que «en los pocos años que faltan para 2030 se tendrán que obtener resultados sin precedentes en términos de bienestar global y erradicación de la pobreza».

Desde luego, tomar medidas es urgente ya no solo para el futuro si no para el presente de la humanidad.

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Estrategias del sector de la construcción para alcanzar los ODS

Los enfoques para atajar la crisis climática deben ser múltiples, pero sin duda el sector de la construcción tiene mucho que aportar en la reducción de emisiones, sobre todo en lo que a eficiencia energética y descarbonización se refiere.

La transición energética es la piedra angular sobre la que se sustentan buena parte de los ODS. Convertir la energía limpia en la única con la que abastecer procesos industriales y consumo en los hogares resultas clave para frenar las emisiones. Asimismo, para mejorar la calidad de vida de las personas es necesario facilitar su acceso a la energía (ODS 7, energía asequible y no contaminante), así como ofrecer ayudas para potenciar la rehabilitación energética y con ello reducir el consumo, aumentar el confort y mejorar la salud (ODS 3, salud y bienestar). Con todo ello se conseguirán ciudades más limpias y resilientes, en las que se estima que ya vive la mayor parte de la población mundial (ODS 11, ciudades y comunidades sostenibles).

Asimismo, la apuesta por edificaciones sostenibles promueve la innovación, el desarrollo económico, el empleo de calidad y la dotación de una infraestructura capaz de hacer frente al cambio climático (ODS 8, trabajo decente y crecimiento económico; ODS 9, industria, innovación e infraestructura). Además, en la construcción sostenible se fomenta la circularidad, lo que supone convertir residuos en recursos, en la línea del ODS 12, producción y consumo responsable. Y no hay que olvidar que la sostenibilidad en la construcción ahorra agua, energía y respeta los ecosistemas (ODS 15).

En conclusión, la lucha para hacer frente al desafío climático para por el compromiso de toda la sociedad, entre cuyos actores la industria de la construcción tiene un papel protagonista.

 
 
Modificado por última vez enLunes, 05 Junio 2023 12:19

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